En esta etapa del viaje elegimos como destino a Villa Unión ya que consideramos que este lugar es un punto ideal para llevar adelante varias actividades que en esta región son imprescindibles como visitar el Parque Nacional Talampaya, el Parque Provincial Ischigualasto (más conocido como el Valle de la Luna) y realizar el circuito Reserva Provincial Laguna Brava - Cráter Corona del Inca, destinos a los que voy a dedicar los próximos posts.
Así fue que después de transitar la Ruta de los Vientos llegamos a la ciudad de Villa Unión, que se encuentra en la provincia de La Rioja, más precisamente en el valle atravesado por el río Desaguadero y que se ubica a 1255 msnm. Este valle está formado por la Sierra de Famatina (al este) y la precordillera riojana (al oeste), en un bolsón de clima árido, con veranos muy calurosos y según cuentan, inviernos bastante benignos con muy escasas lluvias. Aquí nos alojamos en el Tres Cruces Wine Resort.
Cuando planeamos el viaje, pensamos que esta ciudad también sería un buen lugar para intercalar excursiones con descanso y relax ya que a esta altura (tal como ya saben si vienen siguiendo la serie sobre este gran viaje) habríamos acumulado una buena cantidad de kilómetros y por esta razón creímos necesario encontrar un sitio que nos ofreciera ciertas comodidades para poder relajarnos. Así fue que también organizamos las visitas a los parques y a Laguna Brava con muchísima tranquilidad dedicando solo un tramo del día a cada uno de estos destinos para tener tiempo disponible y disfrutar del hotel.
Organizar el viaje de esta forma nos permitió tener las horas de la tarde libres y pese a la época del año en la que nos alojamos aquí, aún así todos los días pudimos aprovechar un buen rato de sol para disfrutar de las piletas y los solariums que se encuentran ubicados en un lugar de ensueño rodeado de viñedos y paisajes de montaña.
Otro punto destacado de este hotel es el hecho de que cuenta con un restaurante en el que con una simple reserva previa se pueden degustar platos elaborados en forma casera que son exquisitos (recuerdo especialmente las empanadas riojanas elaboradas en este lugar como una delicia) y a precios muy convenientes. También poseen amplios quinchos que pudimos aprovechar para disfrutar de unos ricos asados nocturnos saboreando los vinos producidos con las uvas de los viñedos del hotel (recuerdo en especial un blend espectacular de uvas tintas del que pudimos conseguir un par de cajas que sumamos a la colección que fuimos acumulando a lo largo de este viaje).
Del pueblo se puede decir que es un lugar muy pintoresco en el que viven unos 5000 habitantes y que yo considero que cuenta con un potencial turístico gigantesco ya que el entorno que lo rodea guarda similitudes con las estructuras geológicas que se aprecian en el Cañón de Talampaya por lo que le brindan un atractivo visual que sumado a paisajes grandiosos, sin lugar a dudas y de mediar una gestión administrativa medianamente razonable y cuidadosa con el medio ambiente contribuyendo a mejorar el entorno de varios de los atractivos turísticos, harán de este pueblo un destino mucho más apreciado de lo que ya es hoy en día.
Para comenzar a recorrer un pueblo como este lo clásico es dirigirse a la plaza central, en este caso la plaza San Martín donde como no podía ser de otra forma destaca una construcción religiosa, la Iglesia Nuestra Señora del Rosario que fuera construida en adobe entre los años 1895 y 1900 después del terremoto que arrasó con esta ciudad en 1894 y que para Villa Unión es todo un emblema.
Otro destino obligado a unas 5 cuadras desde aquí es ir al Mirador La Loma, ubicado en la cima de un cerro que requiere subir una escalinata empinada de unos 136 escalones que (hay que decirlo) demandan cierto esfuerzo. Desde aquí se puede contemplar todo el pueblo, el valle que lo rodea, el río Bermejo y los cordones montañosos circundantes, con la Sierra de Famatina como protagonista y hacia el oeste las sierras de Los Colorados, las sierras de Maz (de las que se afirma que son uno de los afloramientos geológicos más antiguos del planeta) y el pequeño pueblo de Banda Florida, el cual se encuentra separado de Villa Unión por el río Bermejo.
Dentro de los puntos destacados en este pueblo también se puede mencionar al Embalse Lateral. Nosotros estuvimos aquí durante un atardecer y las vistas panorámicas son impactantes. Al igual que muchos otros diques en la región y tal como lo vengo señalando, este embalse fue construido en los años ‘70 y es utilizado para proveer agua al pueblo y para el riego de viñedos. Suele ser un lugar de encuentro para realizar pesca deportiva de carpas y pejerreyes, practicar kayak o simplemente disfrutar de la playa que se habilita en verano.
Muy cerca del pueblo hay otros varios atractivos que se pueden visitar teniendo algunas precauciones ya que es normal encontrarse con rebaños que suelen vagar por los costados de las rutas. Uno de estos destinos es el llamado Cañon del Triásico o Reserva Banda Florida donde destacan curiosas geoformas y que se encuentra a escasos 4 kilómetros de Villa Unión. El paisaje que predomina aquí es fruto del afloramiento sedimentario que data de hace unos 250 millones de años durante el período triásico de la era mesozoica. Por las condiciones del camino esta excursión requiere si o si de un vehículo 4x4 y es recomendable hacerlo con guías de la zona (la siguiente imagen es atribuida a Rosana Gallo).
A 8 km de Villa Unión se encuentra otra maravilla natural de La Rioja, el Cañón de Anchumbil, otro sitio que sorprende con sus laberintos, paredes rojizas que atesoran rastros de antiguas culturas y huellas pertenecientes al periodo triásico. Cuando surge la Cordillera de los Andes las paredes rocosas que antes estaban en posición horizontal comenzaron a resquebrajarse y levantarse, quedando de forma vertical y conformando pasadizos, escondites y laberintos que son muy vistosos pudiéndose también apreciar petroglifos, pictografías y algunos vestigios de la cultura diaguita y al igual que en la anterior excursión, se requiere contratar un guía.
Como ya habrán notado, la cantidad de atractivos aquí demanda programar una estadía de varios días ya que además podríamos sumar el circuito del Vallecito Encantado (un poco más alejado, a 33 km de Villa Unión y hacia donde también debemos dirigirnos acompañados de un guía) donde se destacan geoformas muy curiosas pero que en este caso corresponden al período carbonífero, unos 360 millones de años atrás.
En resumen, si tenemos en cuenta la cantidad de travesías de trekking, visitas a parques, cabalgatas u otro tipo de salidas en vehículos 4x4 o cuatriciclos, las recomendaciones que tengo para hacer sobre este destino son dos: la primera, asegurarse de planificar un viaje aquí con la suficiente antelación (sobre todo para reservar excursiones o contratar guías evitando sobreprecios injustificados, cosa que en este último caso suele ser muy usual y que se puede evitar contratando excursiones ‘en caravana’, aspecto este, el de los guías, en el que creo que esta zona debe mejorar desregulando la actividad para generar condiciones que permitan la existencia de mayor oferta desmonopolizando algunos ingresos a los lugares que mencioné y que parecería ser que están en manos de muy pocas personas) y la segunda recomendación es elegir un lugar para alojarse que permita un descanso agradable como el que afortunadamente pudimos disfrutar nosotros.
Como ya les anticipé, los próximos posts estarán dedicados a Talampaya, Ischigualasto (en la provincia de San Juan) y Laguna Brava y luego, escribiré sobre nuestro viaje hacia Fiambalá cruzando la Cuesta de Miranda que conecta con el Valle de Famatina, Chilecito y Tinogasta en otro recorrido que es increíble.
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